sábado, octubre 4

Desaparecido


Soy un detenido soy
Mi sueño no descansa
Desaparecido voy

Y salí de la tierra, emergí. Era de noche en Santiago, y tenía ganas de caminar. Pero las calles solitarias estaban llenos de ausentes. Y yo mismo soy un ausente. Camino hacia las grandes alamedas pero están vacías, las calles vacías, los negocios vacios, las gentes vacías. Busco en el vacio las banderas, los gritos, los sueños, las utopías, y ya no hay nada. Camino hacia la moneda, traspaso las puertas, las ventanas, los escritorios, las oficinas, los papeles, las leyes, y todo está más vacio. Me alejo de allí. Busco mi hogar, mi población, lugar de tantas alegrías, de tanta vida, de tanta lucha, allí no puede haber vacio. Pero las mediaguas, las casas, los edificios, las plazas, los liceos, las fábricas, están solitarias. Hay gente dentro, pero esta vacía de vida, de conciencia, de sueños. Me desespero. Grito, tiro un balazo de valor, pero nadie salió para afuera estaban dando la telenovela.
Vuelvo a aquel lugar, donde comenzó el vacio, donde con las manos en la cabeza, los ojos cerrados, caí al suelo y me hice uno con la tierra, y me transforme en memoria, en papel, en fotografía, en lucha contra el olvido. Pero me resisto a morir, vivo en el amor, vivo en el recuerdo, vivo en el mensaje contra ese vacío impuesto, dictado. Vivo por la vida. Por ahora vuelvo a la tierra, pero estaré vigilante, alerta, en la clandestinidad como antaño, hasta que la vida, los sueños, la alegría, desplacen el vacio.


¿Y cuando vuelve el desaparecido? Cada vez que lo trae el pensamiento…

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