lunes, mayo 25

Vocación


Siempre que íbamos al cine, mi imaginación me hacia querer ser como algunos de los fantásticos protagonistas y vivir grandes aventuras como aquellos grandes héroes de las películas. Alguna vez quise ser cazador de dinosaurios y correr por los prados matando a esos enormes monstruos de afilados dientes y enormes garras. También quise ser guerrero intergaláctico, y con mi espada de luz acabar con las fuerzas del mal. Aluna vez quise ser agente secreto, realizar misiones en territorio enemigo, tener enormes autos, lápices bomba y gafas que fueran mapas. Recuerdo que soñé con ser astronauta destruye meteoritos y salvar a la humanidad.

Pero hace tiempo, años en verdad, que ya no voy al cine. La última vez, vi una película acerca de una guerrilla, una estrella incandescente bajada del cielo y puesta en una gorra, un asma sofocante que empeoraba con el calor de la selva, sueños mágicos expresados en palabras que hacían saltar el alma, y una ternura inquebrantable. Desde entonces, quiero ser guerrillero, mi mama está preocupada, pero yo quiero ser guerrillero…

2 comentarios:

Matías Valderrama Barragán dijo...

Es mi idea o eso ya lo vi, leí o escuche de otra parte. me genera cierta repulsión la palabra guerrillero. Heráclito me viene a decir de vez en cuando que la guerra es buena ya que es un mal necesario para la paz. De ahí que le digo que se calle. Solo se que el que idealiza mucho, termina preso de la fantasía y a la hora de los que hubo estas solo con tu sombra hablando en un manicomio. Hace harto que dejo de gustarme aquello, no se si a ti.

Muñoz dijo...

¡Bien, guerrillero!
Y bien ¿cuál es tu guerrilla?