martes, agosto 16

Nuestra Obra


“Comencé mi comedia siendo yo su único actor y la termino siendo yo su único espectador.”

Antonio Porchia

La lluvia suena, la lluvia es música y escenario. Es música, banda sonora de una historia cíclica y triste cuyo dialogo y parlamento es un silente monologo. Es escenario, lugares repitentes y oscuros por donde se transita circularmente. El personaje principal es uno y el resto son simples proyecciones del mismo. Los espectadores son todos no videntes y siempre exigen la devolución de su dinero (aunque la entrada es gratis) al final de cada función. La temática es redundante: la soledad, puentes que se construyen de un solo lado, castillos sobre arena movediza que se hunden siempre. Algún tiempo creí que el autor era el viejo de arriba y miraba hacia el cielo en días nublados donde uno puede mirar al cielo sin encandilarse para exigir una reescritura. Pero no, la obra siempre fue anónima y nunca fue autoría de nadie y de todos que es casi lo mismo. Y estando sobre las tablas siempre el mismo pensamiento, la misma idea rondando como los planetas giran alrededor del sol hasta quien sabe cuándo. Idea de rebeldía, de revolución, de la posibilidad de otra puerta, otro camino, otra historia. Al rato la desidia, pérdida de fuerza, la displicencia rutinaria que aborta y coarta todo cambio. Y los planetas siguen girando alrededor del sol y la historia sigue tal cual hacia su fin, el fin que tienen historias como estas con la lluvia como música y escenario, con la soledad como temática, con el brillo de la rebeldía apagado ante la desidia, con puentes que son de un solo lado, etc. Y agacho la cabeza, reverencia ante el público que ya se fue hace rato pero que si estuviera lejos de aplaudir irrumpiría con rabia quemándolo todo. Ce finí, the end, final.

Nota al pie: A pesar de todo sigues sentada al final de la sala, escondida entre las sillas rojas, llorando a mas no poder luego de presenciar esta triste obra. ¿Por qué sigues allí? No lo sé pero si me importa. Siempre antes de salir de escenario miro hacia el rincón donde sé que estas. Algún día todo terminara entre aplausos y aunque no vaya a ser así prefiero creerlo. Mientras, el show debe continuar y esta es nuestra obra (al menos hasta que Porchia tenga razón).


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