miércoles, diciembre 8

No sabe

No sabe cómo ni porque fue. Recuerda que fue un día martes, de diciembre. Las cosas habían llegado a punto crítico, y sentía que la vida golpeaba por todas partes. Y él, aturdido, sin reflejos. La esperanza se esfumaba, el optimismo era un chiste mal gusto, la angustia compañera de los días y la cara triste el único atuendo posible.

No sabe cómo ni porque fue. Quizás fueron las cervezas, algún cigarro diferente, el sonido del charango, los cadillacs sonando en la radio del auto. Tal vez fueron los amigos, el humo del asado envolviéndolo todo, el ron, tal vez el pisco. Quizás fueron las canciones que tocó, las bromas de las que se rió, las fotos que le tomaron. Quizás fue mirando Santiago desde el balcón, cosa que siempre le ha gustado. Quizás fue fumando y tomando solo en una esquina oscura, sin nadie. Quizás fue la conversación con un cubano que le recordó cosas que tenía olvidadas. Quizás fue la conversación de política o quizás fue alguna de sui generis al final de la noche.

No sabe cómo ni porque fue. Pero simplemente, de un momento para otro, volvió a sonreír y dejo todo atrás. Ahora se le puede ver caminando por la calle, feliz.

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